viernes, 12 de marzo de 2010

Aerosmith

Yo y mi hermano siempre peleábamos muchísimo, pero cuando digo peleas no me refiero a simples discusiones, si no a palizas a ostia limpia en las que él siempre tenía las de ganar por su superioridad de edad (me saca seis años y medio) y con ello de fuerza. Yo tenía muchos cojones y me cabreaba de manera descomunal, perdía totalmente el control y en más de alguna ocasión pensé en hacer locuras. Pero esos días pasaron.

Nuestros días comenzaron a mejorar sustancialmente cuando él se fue a estudiar a Sevilla y yo me quedé sólo en Lepe con toda la casa para mí. El solía venir los fines de semana pero ya no había tanto tiempo para tirarnos trastos a la cabeza aunque aún así alguna que otra pelea perpetrábamos, creo más por la añoranza que nos producía el haber dejado de tenerlas que por motivos reales como antaño.

Mi hermano y yo siempre fuimos la noche y el día, la antítesis el uno del otro y casi nunca hemos sido capaz de ponernos de acuerdo en nada. Con la música nos pasaba un poco igual, a él le gustaban principalmente grupos musicales ochenteros americanos como U2, R.E.M o AC/DC de los que yo ni tan sólo podía entender que decían sus letras. En contra me gustaban ciertos artistas de los que algunos me vergüenza admitir aunque otros no están tan mal.

Aún así mi hermano, como buen hermano mayor, logró ejercer cierta influencia en mí y hoy día algunos de mis artistas o grupos favoritos lo son porque él me los enseñó, como en el caso de Amaral o Elefantes. También es el caso de Aerosmith, aún recuerdo cuando mi hermano me enseñó por primera vez el videoclip de Crazy en el que salían dos tías que estaban muy buenas, no sé si pretendía que por esa vía me gustara el grupo pero lo cierto es que lo consiguió y ese tema se convirtió en una de mis canciones favoritas.

Hace unos días llegó a mí la noticia de que Aerosmith tocaría en Barcelona, inmediata e irremediablemente pensé en mi hermano y la ilusión que me hace ir junto a él a este concierto, sobre todo después de haber ido juntos al de U2. Le llamé, hecho insólito porque nunca nos llamamos, somos así de desprendidos.


Y lo tuvimos claro desde el primer segundo: "Pilla las entradas" "no sé que pasará de aquí a allá pero a ese concierto tenemos que ir"

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