martes, 16 de diciembre de 2008

Mi padre me pega

Hace no tantos años que a un niño le pegase su padre (si era con cinturón de cuero mejor) solía ser bastante habitual y se veía como el castigo más lógico antes las desobedencias de unos pequeños insolentes.

Hoy día la sociedad parece haber cambiado mucho y ya los padres no pegan. El problema está en que la sociedad ha criminalizado que un padre pegue a su hijo pero no ha sabido dotarle de las herramientas educativas necesarias para que esos padres afronten dichas insolencias y desobedencias por parte de sus pequeños de la manera correcta.

Ahora bien, a mí se me rompe el corazón cuando un niño me dice con la mayor cara de sinceridad que he visto en mi vida "me pongo nervioso y no me sé controlar porque mi padre me pega y me insulta" ¿De verdad un niño de ocho años tiene porqué soportar eso? ¿Hasta que punto se puede justificar su comportamiento por estos hechos?

La sociedad cambia a velocidad vertiginosa pero la realidad está en que nosotros mismos aún no hemos aprendido a subsanar nuestros errores y vencer nuestros propios miedos y pedimos a los más pequeños la perfección de un mundo irreal e imposible.

4 comentarios:

Reina.M dijo...

estoy de acuerdo con lo de la falta de herramientas,pero lo que existe en el correccional de menores es de risa.

por cierto no sé a que le di,q se borro el de antes ..jeje

Anónimo dijo...

genial jaime da mucho que pensar gracias por abrirme la mente!!!!! felicisima navidad a un hombre bueno y justto!adolfo besos miles!adolfo

Eáránë dijo...

Bueno es un tema delicado,no justifico el maltrato ni creo que un zarandeo o una torta arreglen algo. Yo creo que con los niños hay que dialogar y entenderlos, son niños, y marcar una disciplina desde pequeños, NO MIMARLOS, educarlos, y asi se evita que salgan los monstruos que a veces salen, de todos modos yo creo humildemente que hay ocasiones que unos padres buenos les ha salido un hijo que es un desgraciado, pero supongo que en esos casos a lo mejor hay una enfermedad mental o una adiccion.

Who knows...
Me gusta tu blog ;)

Anónimo dijo...

A los niños hay que quererlos y demostrarles que se les quiere. En eso entra educarles y corrgirles.
Creo que hay que intentar no usar nunca el castigo físico pero si alguna vez se le da un par de azotes a un niño no creo que haya que suicidarse por mal padre. Yo me lleve más de un zapatillazo cuando niño y hasta un par de correazos una vez y quiero a mis padres con locura.
A mis hijos solo les he dado un par de azotes un par de veces a cada uno y aunque sé que hubiera sido mejor no darlos tampoco creo que los haya maltratado ni que haya cometido un crimen.