A lo largo del camino se suelen perder muchas cosas, son daños colaterales de un ciclo que no podemos evitar: caminar, seguir, porque detrás de un pie viene el otro y así incansablemente hacemos un camino que discurre por un mundo a veces angosto y complicado, otras paradisiaco y placentero.
Todo el mundo debería tener derecho a que su camino sea alguna vez paradisiaco y placentero, al menos eso es lo que promete la biblia, lo que garantiza un dios de pacotilla al que nunca le hemos visto la cara pero dice de sí mismo ser omnipotente y omnipresente.
Lástima que acabó ahí, en la caja de objetos perdidos, justo como a veces perdemos nuestros sueños, nuestra ilusión, nuestra fuerza y nuestra fe... así al menos sabré dónde buscar
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3 comentarios:
AMNESIA
volvió de nuevo
comenzó a rebuscar
cambiando por completo
el orden de la caja
en un lateral pintado a lápiz
un letrero
objetos perdidos
no pudo encontrar nada
Hola!
Explorando blogs di con el tuyo... y me encantó esto de los objetos perdidos. Yo espero que mis sueños no acaben en esa caja :)
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