Yáiza es la persona que más me ha influido los últimos meses. No la conozco personalmente, no tengo el gusto, vivió en la imaginación de mi autor favorito hace más de 25 años pero a mi me ha trastocado mi mundo. Es la protagonista de una trilogía escrita por Alberto Vázquez Figueroa y publicada justo un año antes de que yo naciera. Justo ahora esos libros vinieron a caer en mis manos.
Siempre me gustó leer, cuando era pequeño la escasa pero cuidada biblioteca que mi madre se habia esforzado, se esforzaba y se esfuerza por agrandar me servía como via de escape a todas mis fantasías e ilusiones. A través de la lectura experimentaba todo aquello que me estaba negado por otras vías. Fui un niño tímido, me costaba socializarme y mi pueblo constituía para mi un pequeño universo en el que mi mundo se hacía mucho más grande que todo aquello que me rodeaba. Devoraba libros, más que libros historias que llenaban mi cabeza de utopías y sueños irrealizables, de aventuras y viajes en el tiempo o en el espacio.
Cuando crecí cambió mi carácter, y también mi hábito. Ya no leo tanto como cuando era niño, pero cuando lo necesito, quiero evadirme, necesito una historia que me aleje de la realidad y me transporte a otras paralelas acudo siempre a él, a mi autor favorito, porque sé que cualquiera de sus libros es garantía de éxito, se que me van a gustar, y sé que me va a contar y aportar algo que no tenía y que no sabía.
Mi padre siempre me había hablado de sus historias, y me lo recomendaba: lee a Alberto Vázquez Figueroa. Pero yo siempre fui un tránsfuga de los consejos o indicaciones de mi padre, sobre todo durante mi adolescencia. Todo lo que viniese de su parte lo vivía como una agresión o una indicación fuera de lugar o de mi interés. Gracias a dios he crecido, en muchos aspectos y eso me ha hecho valorar lo inmensamente sabio que es mi padre en todo lo que él sabe porque ha aprendido en una gran universidad: la vida y el mar, y eso (he llegado a la conclusión) te enseña mucho más que todas las facultades del mundo.
Los mejores momentos de mi vida siempre han sido junto al mar y cuando he necesitado medicina para el alma ha sido siempre éste quien me la ha proporcionado. Por eso sé que mi padre sabe mucho de la vida, porque sabe mucho del mar. Y por eso me enganché tanto a la historia de Yaiza porque me sentí profundamente conectado a una parte de mí que quizá no conozco pero la siento; que tiene que ver con mis antepasados y con el mar.
Porque Yaiza es la chica que tiene la cualidad de "atraer a los peces, calmar a las bestias y agradar a los muertos"
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