Decidir es más o menos complicado, depende de las decisiones que tomes en si, evidentemente. Nuestras vidas están llenas de decisiones cotidianas relacionadas normalmente con elecciones más o menos banales como la ropa que nos ponemos esa mañana o que nos preparamos para cenar esa noche.
Otras decisiones en nuestra vida la marcan para siempre: la carrera que elegimos estudiar, o el simple hecho de decidir no seguir estudiando.
Hace no mucho leí en un libro que lo importante no es la decisión que tomamos en si, si no que lo importante es decidir, y que no caben las equivocaciones, porque en el simple hecho de decidir está la virtud. Quiere decir, entre otras cosas, que tenemos elecciones, que tenemos posibilidades de cambio, caminos u opciones que valorar.
Está claro, que a veces cuesta decidir, y mucha gente prefiere no hacerlo nunca por temor a lo nuevo, desconocido y diferente... Pero dentro de las pocas oportunidades reales que podemos llegar a tener, al menos debes ser TÚ quien decida en tu vida, y eso siempre es éxito, nunca error.
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